miércoles, 8 de octubre de 2008

Lejos del Mar de Rosas (de Jorge Garrido)


Retozón requiebro de buenos augurios

descalzan por el ámbar de la duda

que se ensombrece al frente, de tupida,

la yedra de enredantes pasadizos

negados al reclamo en cicatriz

de otros nefastos plagios que avisaron.

Pasar es imposible los celajes

que al vasto panorama nos aciertan,

la recua de pesares se nos hunde

de arenas movedizas tamizada,

que sólo de temores se aventean.

Pensar distinta luz, más acorrala

al negro convencer que no hay salidas.

Vivir la realidad imaginada

es algo más que herida sin sangrar,

desfallecer acopios de resigno

en la baranda misma del polímero sentir,

enarbolando las consignas

que en verde nos machacan sajadoras.

Como en conspiración vamos cayendo

al pozo hipersensible de rompientes.

Azogue en los vinagres de su fondo

invitan a nadar entre depredadores

o frágil multitud acristalada

resuene en los añicos con que el alma

nos dice que se rompe en la impensable

mordaza o depresión que no se esconde

y nos arrastra, allá, donde pensemos.


(Larvario 2006)

1 comentario:

JoeTheDemon dijo...

Simplemente escalofriante...